Si inicialmente fue complicado aceptar e identificar la adicción, el proceso de visualizar una vida social sin consumo fue peor; mi concepción de disfrutar se limitaba al compartir espacios de ocio y diversión en pro del consumo. Fue como si el mundo se me viniera encima al tener que visualizar una vida en abstención, salía a relucir mi negación, justificaba el consumo por mi edad y los procesos de interacción social. Busque un sinfín de excusas para proyectar siempre la posibilidad de tener una vida con “consumo controlado”.
El centro número 1 de Salud mental y Adicciones
Copyright © 2024