Cuando consumía me divertía muchísimo, por eso pensar si podría disfrutar la vida sin consumir se convirtió en uno de mis temores más grandes una vez me di cuenta que tenía un problema de adicción. Había logrado pertenecer y ser parte de algo, mis amigos y mi estilo de vida se habían convertido en una fiesta constante y me encantaba vivir así… y por mi edad temía volverme una “persona aburrida” igual a las personas que siempre señalé. Con el tiempo entendí que esa era una de mis justificaciones para consumir, decir que la vida había que disfrutarla y que los “amargados” eran los que no consumían.
El centro número 1 de Salud mental y Adicciones
Copyright © 2024