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Bebedor social o alcohólico

En ocasiones no logramos saber cual es la línea invisible entre ser un bebedor social y tener problemas con nuestra forma de beber.   Existe una dificultad en nuestras entornos y es que el alcohol, no solamente es validado socialmente, sino que las mismas culturas se encargan de convertirlo en algo indispensable para todos los momentos que signifiquen “diversión y entretención”.

Voy a contarles algunas de las características o podríamos llamar síntomas, que pueden encender las alarmas para descubrir si nuestra forma de beber ya se convirtió en un problema, en el cual es necesario enfocar nuestra atención:

 

  • Es importante que miremos por qué nos estamos cuestionando al respecto. ¿Qué situaciones han sucedido que hacen que nos lo preguntemos? ¿Quizás ya hemos cometidos ciertas embarradas con nuestros seres queridos o con grupos cercanos donde nos han llamado la atención o han generado vergüenza, culpa, remordimiento, por nuestro comportamiento con los “malos tragos”?
  • Si hemos empezado a utilizar el trago para la mayoría o casi todas las actividades y sin él nos sentimos aburridos o que nos falta algo, por ejemplo; si no podemos asistir a una fiesta sin trago porque “¿cuál es la gracia?”, si necesitamos usarlo en cada comida, evento de negocios, o para todos los espacios sociales que tenemos con la excusa de lograr un “relax”, entonces revisemos si se trata de pretextos permanentes para poder beber.
  • Situaciones de pérdida de control, por ejemplo, nos quedamos dormidos en plena reunión, necesitamos beber hasta el final de la fiesta, nos ponemos pesados o quizás bastante agresivos, o tal vez nos convertimos en el “payasito” de la fiesta para entretener a los otros haciendo el ridículo, del que después nos arrepentimos.
  • Cuando empezamos a no acordarnos de lo que hicimos la noche anterior, esto usualmente se dice que es normal, ¿pero será normal que “borre la película” y no pueda recordar lo que dije o lo que hice?, a esto se le llama Laguna Mental y cuando esto sucede ya existe un problema.
  • Si cambiamos de personalidad cuando estamos bebidos, por ejemplo, somos personas
    introvertidas, tímidas, pero con 2 o 3 tragos nos volvemos las más coquetas de la fiesta, o los más extrovertidos, o por ejemplo si en sano juicio no somos  capaces de expresar nuestros malestares o molestias, pero cuando bebemos nos volvemos más agresivos verbal o físicamente y de pronto nos da por pelear, sin un motivo que lo amerite.
  • Hacernos y hacer promesas que no logramos cumplir, sólo nos vamos a tomar 2 cervezas, y terminamos con una o dos botellas de vino. Empezar a mentir o mentirnos para poder beber, o hacerlo a escondidas, o como dije anteriormente, buscar cualquier excusa para tener una oportunidad de beber y no poder parar.
  • Y este último es un gran indicio de que estamos en problemas: cuando bebemos solos con una alta frecuencia, para trabajar, para poder dormir, para relajarnos etc.

 

¡Si coincidimos con alguna de las situaciones anteriores, quizás estemos en un momento para pedir ayuda! Haz clic aquí.

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