Llegar a vivir sin alcohol ha sido todo un proceso. De la negación de la adicción pasé a tener conocimiento de la misma y después a la rehabilitación; sin embargo, llegué a justificar y a minimizar la ingesta del consumo de alcohol una vez volví a mi vida normal. Esto generó mi recaída por 9 años durante los cuales traté de disfrutar la vida al ser “consumidor social”. A este momento de mi vida lo llamo progresión de la enfermedad.
El centro número 1 de Salud mental y Adicciones
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